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Contrajo la polio de niño y utilizó el aparato durante siete décadas para sobrevivir. No obstante, fue a la universidad, se convirtió en abogado y publicó varios libros. Su historia inspiró a millones de personas en todo el mundo.Paul Alexander, el hombre que vivió en un pulmón de acero durante más de 70 años y cuya historia inspiró a millones de personas en todo el mundo, murió este lunes a los 78 años, informó una organización de recaudación de fondos para su atención sanitaria."Paul Alexander, conocido como 'El hombre del pulmón de acero', falleció ayer", escribió Christopher Ulmer, promotor y defensor de los derechos de las personas con discapacidad, en la página de GoFundMe dedicada a Alexander. "Después de vencer la polio en su infancia, vivió más de 70 años dependiendo de un respirador artificial. Durante ese tiempo, Paul asistió a la universidad, se convirtió en abogado y publicó varios libros. Su historia resonó en todo el mundo, inspirando positivamente a personas de todas partes", añadió. "Paul fue un modelo a seguir extraordinario que seguirá siendo recordado".Alexander, originario de Dallas (Texas), contrajo la poliomielitis a los seis años y quedó paralizado del cuello para abajo de por vida. Fue en 1952, uno de los peores años para la enfermedad en Estados Unidos, con 58 mil niños infectados.Incapacitado para respirar por sí mismo, Paul dependió desde entonces de un aparato para sobrevivir. Lo empleó durante más de siete décadas, incluso cuando surgieron nuevas tecnologías. En la actualidad, era uno de los últimos individuos en el mundo que aún usaba un respirador artificial para mantenerse con vida.A pesar de sus restricciones físicas, Alexander alcanzó mucho como escritor y abogado, reconocido por su constante actitud positiva y su sonrisa perenne. Su historia se ha convertido en un modelo de tenacidad y perseverancia para miles de personas en todo el mundo.Alexander expresó que a lo largo de su vida siempre se propuso "no permitir que la polio me venciera, sino vencer yo a la polio"."Por eso siempre me esforcé por lograr lo que me decían que no podía lograr y alcanzar los sueños que imaginaba", mencionó en una entrevista publicada en 2021. Esos sueños, detalló, incluían estudiar, viajar en avión, vivir de manera independiente, orar en la iglesia, contemplar el océano y enamorarse.Los alcanzó todos.A los 21 años, se convirtió en la primera persona en graduarse en un instituto de Dallas sin haber asistido nunca a clase en persona. Luego, intentó ingresar a la universidad. Pero fue rechazado debido a su discapacidad.Sin embargo, su tenacidad e insistencia hicieron que la Universidad Metodista del Sur le daba una beca y lograra en 1984 graduarse como Doctor en Derecho de la Universidad de Texas en Austin. “Por fin ocurrió algo bueno, quería ser abogado desde hacía mucho tiempo”, dijo. “Y también fui uno muy bueno”.