Así es como se construyen los túneles más impresionantes del mundo
Estas monstruosas máquinas trabajan en un mundo donde no existe la luz del sol construyendo enormes túneles subterráneos a través de tierra y roca sólida. ¿El resultado? obras impresionantes y complejas incapaces de ser creadas por la mano del hombre sin la ayuda de la tecnología.
Conocidas como topos o tuneladoras, su viaje a las profundidades comienza con la construcción de un pozo que llega hasta el nivel del futuro túnel, tras lo cual la máquina es bajada en partes hasta el fondo para ser armada, y una vez que está completa se dirige hacia la pared para abrir un agujero por el que se introduce en el suelo.
Su principal herramienta de trabajo es una imponente placa giratoria cubierta de dientes que también tienen su propio movimiento de giro y misma que ejerce presión contra la tierra que tiene al frente usando un potente sistema hidráulico a fin de desintegrar cualquier material que se interponga en su camino.
A medida que la tuneladora avanza, toda la tierra y fragmentos de roca que van siendo excavados caen entre los agujeros que tiene la placa, desde donde pasa a una cinta transportadora que atraviesa todo el largo de la tuneladora, la cual finalmente deja esos desechos en algún lugar donde puedan ser removidos por otros vehículos.
Uno de los aspectos más impresionantes de estos poderosos topos mecánicos es que no sólo se limitan a hacer un simple agujero en el subsuelo, sino que al mismo tiempo que lo van haciendo también lo refuerzan con concreto para evitar que el túnel colapse bajo todas las numerosas toneladas de tierra que se encuentran sobre él.
Armadas con la curvatura perfecta para el tamaño del túnel y diseñadas para encajar con precisión milimétrica, las placas de concreto que recubren la estructura son colocadas en su lugar usando un brazo mecánico que gira de forma tan precisa que es capaz de colocar cada pieza en su sitio.
Una vez que se completa un nuevo anillo del túnel, la excavadora apoya una serie de cilindros hidráulicos en el borde de éste y lo usa como punto de apoyo para desplazarse hacia el frente, presionando una vez más su placa giratoria contra la tierra para seguir abriendo camino enter las inmensas profundidades.
Así, paso a paso, estos colosos mecánicos recorren lentamente el mundo subterráneo en travesías que a veces pueden tomar años, como fue el caso de la gigantesca Bertha, que a pesar de su increíble disco de 17 metros de diámetro necesitó tres años para atravesar una distancia de 2800 metros después de una larga serie de fallas mecánicas y retrasos.
Igual que el inicio del túnel, el final también es un pozo, por lo que destruir la última pared de roca es un verdadero evento, en donde luego de mucho trabajo, la tuneladora finalmente vuelve a ver la luz despues de días en las profundidades de la tierra
Habiendo terminado su dìficil trabajo, el imponente artefacto es reducido nuevamente a piezas, las cuales son sacadas con grúas del pozo de salida, tal y como se hizo en un inicio.
Una vez que se retira la tuneladora, finalmente llega el momento de comenzar el trabajo de acondicionar la construcción con todos los sistemas que convierten a estos túneles en obras sumamente complejas y necesarias para la existencia del mundo moderno.
"VOZ" por Victor González
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