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Tres años después del inicio de la pandemia de COVID-19, los pacientes que sufrieron casos graves de la enfermedad han experimentado una variedad de secuelas a largo plazo. Muchos de estos pacientes continúan lidiando con el síndrome post-COVID, conocido también como COVID prolongado, que incluye síntomas persistentes como fatiga extrema, dificultades respiratorias, problemas cognitivos y dolor muscular. Además, estudios han demostrado que estos pacientes tienen un mayor riesgo de desarrollar condiciones crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes y trastornos de salud mental. La recuperación completa sigue siendo esquiva para un número significativo de individuos, requiriendo atención médica continua y rehabilitación para manejar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
La infraestructura sanitaria global ha tenido que adaptarse para enfrentar estos desafíos a largo plazo. Clínicas especializadas y programas de rehabilitación se han establecido para atender las necesidades de los sobrevivientes de COVID-19 grave, integrando equipos multidisciplinarios para abordar las complicaciones físicas y psicológicas. La investigación en curso busca entender mejor las causas y mecanismos del COVID prolongado, con el objetivo de desarrollar tratamientos más efectivos y estrategias de prevención. La experiencia de estos pacientes subraya la importancia de la vacunación y las medidas preventivas continuas para evitar los impactos devastadores de la enfermedad, tanto a corto como a largo plazo.
¿Pero están bien hoy? Ya lo verás en el video