El Servicio Aéreo de la Guardia Civil (SAER) participa en muchos de los rescates que se llevan a cabo en la montaña. Acercar a los socorristas hasta el accidentado o el uso de la grúa garantizan la actuación rápida del cuerpo de rescate. La compenetración y confianza entre pilotos y Greim es fundamental para el éxito. Sin embargo, el vuelo en helicóptero implica riesgos. El peor es el viento. El entrenamiento y la maestría de los pilotos les ayuda a tomar rápidas decisiones que minimizan los peligros. Y una máxima: nunca traspasar la línea roja. Aunque alguna vez se acercan, como en el caso de dos escaladores enriscados en Ordesa. Las corrientes de aire complican los ciclos de grúa necesarios para el rescate. Por otro lado, una mujer sufre un accidente mientras esquía en el Forau de Aigualluts, junto al Aneto. El equipo de Benasque sale en su ayuda, entre ellos Mariona. Pero la ascensión es lenta, hay ventisca y nieve, está cayendo la noche. La accidentada apenas se puede mover. No hay tiempo que perder.