Y ojo, con un fútbol único y auténtico que no tenía nadie. Porque generalmente el protagonista es el 10 o el extremo que Gambetea a todos y hace 4 goles. Román era distinto, te manejaba el partido tal y como decís, no con la velocidad en sus pies pero si de su cabeza, el decididia cuando el equipo tenía que parar, cuando no, y eso era lo que lo hacía distinto. El era el Torero, el conductor, el jugador más lector y pensante del juego.