Evoco a Miraflores en la vieja vereda de la Alameda Pardo que de antaño nos queda, eco de serenatas en la quietud nocturna recuerdos de un pasado, jamás olvidado del ayer amado De pronto divisamos una portada añeja, que con su farolito nos da la bienvenida y de un balcón añejo, canciones escuchamos de un piano melodioso, romántico y precioso y en el despliegue bello del mágico destello retornan remembranzas, evocando a Miraflores. Balneario del ensueño, donde aquel limeño de gran señorío va con ilusiones a entonar canciones y olvidar las penas con su gran amor, tú guardas, Miraflores, todos los honores de Ricardo Palma y sus Tradiciones, yacen en la calma y en la eterna fama de tu inspiración.