Maria Crescentia Höss (1682 - 1744), conocida también como santa Crescentia de Kaufbeuren, fue una monja contemplativa de la Tercera Orden de S. Francisco, en Kaufbeuren, Baviera.
Desde pequeña se comunicaba con su ángel de la guarda y frecuentemente veía a Jesús, María y los Santos.
Habiendo entrado en el convento, a pesar del maltrato de parte de la superiora y de varias monjas, y de los ataques del demonio, Crescentia era modelo de la humildad, paciencia y caridad. Dios ha obrado varios milagros por medio de ella, lo que ayudó a cambiar la disposición de las otras monjas, de tal manera que más tarde la elegirían superiora. La santa, aparte de otros dones sobrenaturales, recibía iluminación especial de Dios, por lo cual muchos personajes importantes de la época llegaban a pedir sus consejos. Durante toda su vida religiosa sufría de muchas enfermedades y severos dolores, aceptándolos con amor de la mano de Dios y ofreciéndolos por la salvación de las almas y conversión de los pecadores.
Crescentia Höss murió el domingo de Pascua de la Resurrección, el 5 de abril de 1744. Fue beatificada en 1900 y canonizada en 2001.