Somo pertenece al municipio de Ribamontán al Mar, y está conectado con Pedreña mediante el conocido Puente de Somo, y con Santander a través del servicio de barcos que atraviesan la bahía.
Es una zona costera de enormes playas y espléndido litoral convertido en un lugar eminentemente turístico, aunque su economía está basada en la agricultura, la ganadería y la elaboración de productos lácteos.
Sus costas ofrecen uno de los mariscos más sabrosos: los percebes. En sus playas pueden encontrarse almejas, un plato de exquisita degustación. Somo es una villa acogedora con buenos restaurantes para disfrutar de la comida tradicional y con buenos alojamientos dentro de un entorno mágico. Tiene gran variedad de servicios y equipamientos turísticos.
La actual iglesia, edificada en 1983, es de carácter funcional y sencillez decorativa. Su fiesta es junto con Loredo, la Virgen de Latas, el 8 de septiembre.
Uno de los acontecimientos más importante del verano es el derby, competición hípica en la playa de Loredo, parecida a la de San Lucar de Barrameda, que congrega un domingo de agosto desde hace casi medio siglo, a un gran número de espectadores.
Sus atractivas playas de El Puntal y Loredo, son un extenso arenal de unos 4 kilometros de longitud orientado a mar abierto. La Playa de Somo, con la isla de Santa Marina y Mouro en frente, se sitúa dentro de la primera reserva natural de surf y una de las mecas del surf en España, por sus buenas olas durante todo el año, aptas para todos los niveles.
Las primeras tablas de surf, neoprenos, tienda y escuela de surf de España nacieron aquí, existiendo una gran cultura y tradición surfera. Es un lugar idílico para el aprendizaje y practica del surf, paddle surf, bodyboard e incluso Skate, surfeando en el asfalto en un magnífico parque.
El viento existente también permite practicar el windsurf, utilizando la vela, y el Flysurf combinando el surf con el parapente.
El arenal del puntal es una enorme lengua de dunas que se interna hasta el centro de la bahía, con un ecosistema de dunas protegidas, aguas limpias y llenas de vida, gozando de unas vistas impresionantes de la ciudad de Santander. Para todos los santanderinos, la playa del Puntal es su paraíso más cercano.
Cerca del embarcadero del puntal está el Chiringuito de Tricio, con gran calidad de productos del mar y de la tierra, responsable y sostenible, y una animada terraza con vistas panorámicas a un paraíso natural. Esta zona interior es mucho más tranquila para bañarse, sin apenas oleaje. A la hora del vermut, de comer y o en la sobremesa, el chiringuito está muy animado, la playa es la terraza del chiringuito.
En los últimos años también se organizan cenas en fines de semana y vísperas de festivo de la temporada veraniega.
Hay un segundo chiringuito sin masificaciones caminando un poco más adelante, atendiendo a quienes vienen en barco privado, buscando un lugar más tranquilo para comer. Antes había un segundo embarcadero, que se cerró debido al aumento de arena en el puntal y lo hizo impracticable para las lanchas.
En una playa tan grande, hay sitio para tomar el son con o sin bañador. Normalmente, el nudismo se practica en la zona de las dunas, pero no está prohibido en ningún sitio, todo depende del grado de atrevimiento.
Dejamos este bello entorno natural de arena fina y dorada, recorriendo su paseo marítimo dedicado a las estrellas del surf, que nos dejará en el embarcadero donde cogemos el barco que nos llevará de regreso a Santander.
Avanzan las agujas del reloj y al atardecer el sol tiñe el cielo de un intenso naranja con sus últimos rayos. La bahía nos permite disfrutar de este atardecer espectacular sentados cómodamente en nuestro barco, permitiéndonos inmortalizar el momento con esta estampa para el recuerdo.
La tenue luz se encarga de dibujar un nuevo paisaje que desaparecerá cuando se esconda el sol.