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Las técnicas de neuroimagen desempeñan un papel crucial en el diagnóstico y manejo de la patología que afecta al sistema nervioso central, a la cabeza y al cuello. Aunque la resonancia magnética (RM) se utiliza de manera creciente en el diagnóstico y seguimiento de estos pacientes, la tomografía computarizada (TC) ofrece todavía indudables ventajas.
Es excelente en la evaluación de las estructuras óseas, presencia de calcificaciones u osificación y, desde luego, detección de hemorragia aguda.
La TC suele ser la técnica preferida ante contextos clínicos agudos, debido a su mayor disponibilidad y a la gran rapidez en la adquisición de las imágenes, aspecto éste de gran relevancia ante pacientes inestables o con ventilación mecánica.
La situación de los equipos de TC cerca o dentro de los departamentos de emergencias también favorece su uso en este tipo de pacientes.
Para evitar la duplicidad de exploraciones es fundamental la realización de algoritmos o guías clínicas para el manejo de los pacientes.
FOSA POSTERIOR Y CABEZA
La enfermedad neurológica es muy común. Tradicionalmente, la TC ha representado la técnica de diagnóstico inicial en la mayoría de los pacientes que presentan una clínica aguda.
En estas circunstancias, una exploración sin contraste, adquirida en pocos segundos, es capaz de:
• identificar los efectos de un traumatismo craneoencefálico,
• diferenciar entre hemorragia e isquemia cerebral ante un ictus,
• identificar una lesión ocupante de espacio como la causante de disminución en el nivel de conciencia,
• demostrar signos de elevación de la presión intracraneal que pudieran contraindicar una punción lumbar.
Una correcta evaluación clínica, junto con guías de actuación médica, debería identificar aquellos pacientes que precisen de una exploración urgente, los que se encuentren en situación de riesgo y los que pueden esperar a una valoración radiológica programada ulterior (muchos de los cuales serán candidatos a una RM de elección).
El estudio rutinario del cráneo debe comenzar en la base craneal y continuar superiormente hasta el vértex.
Dependiendo de la indicación clínica, puede ser necesaria la administración previa de un contraste yodado.
Las principales indicaciones de la TC craneal, aunque no las únicas son:
• Primarias:
• traumatismo craneoencefálico,
• sospecha de hemorragia intracraneal aguda,
• accidente cerebrovascular agudo (ictus),
• sospecha de aneurisma intracraneal,
• detección o evaluación de calcificaciones,
• evaluación posquirúrgica inmediata (tumores o lesiones hemorrágicas),
• sospecha de hidrocefalia o de funcionamiento valvular anómalo,
• cambios en el estado mental,
• aumento de la presión intracraneal,
• cefalea,
• déficit neurológico agudo,
• sospecha de infección intracraneal,
• anomalías congénitas (craneosinóstosis, macro y microcefalias, etc.),
• evaluación de trastornos psiquiátricos,
• herniaciones intracraneales,
• sospecha de masa o tumor.
• Secundarias:
• cuando la RM esté contraindicada o no esté disponible,
• diplopía,
• disfunción de pares craneales,
• crisis, síncopes o ataxia,
• sospecha de enfermedad neurodegenerativa,
• retraso del desarrollo,
• encefalitis,
• toxicidad por drogas.
En el momento actual, la TC representa la técnica de elección ante traumatismos agudos, identificación de sangrado agudo y pacientes sometidos a cuidados intensivos.
Protocolo y especificaciones
Se obtendrá un topograma lateral de 256 mm.
El paciente debe permanecer en decúbito supino, con brazos a lo largo del cuerpo y la cabeza inmóvil. Es muy importante que permanezca en el centro del campo de visión, que no debe ser superior a 300 mm desde el centro de la imagen.
La angulación del tubo sólo se permite en los estudios secuenciales, no en los espirales.
Se puede realizar el estudio con técnica secuencial de corte único, espiral multicorte o espiral multicorte y multidetector. Hoy en día la mayoría de los equipos de nuestro entorno poseen tecnología multicorte y multidetector.
Es conveniente que las imágenes incluyan ventanas adecuadas para la visualización tanto del parénquima cerebral como de las estructuras óseas.
Protocolo TC multicorte para el estudio del cráneo
Modo espiral rutina
Contraste iodado
1: Fase Arterial: 25 a 30 seg dependiendo la velocidad de inyección
2: Retraso 60 a 70 seg
Cantidad 50-60 ml
Flujo 2-3 ml/sec