Me han entrado unas ganas tremendas de visitar Urueña.

Hermoso. Saludos 🇦🇷👏

Saludos desde Guadalajara Jalisco, México. Todo nuestro planeta es mágico y si hay libros se convierte en un paraíso. 🤗

Precioso por donde lo mires !

Es un pueblo precioso. He estado en él tres o cuatro veces. La primera en 2007, creo. Entonces estaba en su esplendor de promoción, se veía que había inversiones importantes, probablemente fondos europeos. Después estalló la crisis, ya anunciada de lejos. Volví posteriormente y se notaba la decadencia, el cambio de ciclo (menos turistas y menos movimiento). Desde un punto de vista romántico, no está mal, pero para el pueblo es la muerte: ni masificación, porque perdería identidad, pero tampoco que se convierta en un cementerio. Sería interesante un equilibrio. Compruebo que quedan unas 4 o 5 librerías. Cualquier negocio en cualquier parte, pero más en sitios con poca población y, por tanto, clientela física, debe funcionar a través de la venta online. Espero que sobrevivan, pero las perspectivas, ojalá me engañe, no parecen halagüeñas. Ahora bien, estéticamente, Urueña es una maravilla. Que conserven la estética rural, vintage, de otra época, medieval, que la fomenten, que la intensifiquen, porque es fundamental, imprescindible. Como la modernicen, veo en internet algunas construcciones "amenazantes", la estropean. Tierra de Campos debe conservar, en su zona rural, las construcciones de barro y restaurar todo lo posible (los palomares, fantásticos; los templos, las casas solariegas, las fuentes, etc.) y exigir que las nuevas edificaciones, si las hubiere, se atengan a parámetros antiguos muy estrictos, porque constituye un valor artístico-etnográfico y además estético, lo más valioso que tiene. Combinado esa estética con industria lugareña, sostenible (agropecuaria o de otra naturaleza), puede sobrevivir. Si destruyen su imagen de otra época, bastardeándola con construcciones de aspecto actual, se degradan y pierden, desaparecerán. En cuanto a Urueña, la revisitaré tan pronto pueda y si Dios lo quiere.