Vasyl Lomachenko es un talento generacional que se vio obligado a subir de peso dos veces para ponerse a prueba de verdad. En las 135 libras, a punto de cumplir los 35 años en febrero, parece que se está ralentizando.
Tal vez sea la inactividad, primordial para un púgil que se basa en la velocidad y el timing para castigar a sus rivales y ganarles la partida. Tal vez fuera el estilo de Ortiz, un púgil físicamente fuerte, con atletismo y un jab educado. ¿O es posible que Lomachenko ya haya pasado su mejor momento y que, aunque siga siendo lo suficientemente bueno como para vencer a la mayoría de los púgiles, sea incapaz de alcanzar las mismas cotas que antes?
El tiempo lo dirá, pero si Lomachenko va a rendir contra púgiles mejores y más experimentados que Ortiz, tendrá que ser más activo y empezar más rápido en esos combates. Al igual que hizo contra Teófimo López Jr. en su derrota de 2020, Lomachenko fue lento desde la campana de apertura el sábado hasta que llegó con fuerza en la segunda mitad.
Contra mejores luchadores - como Devin Haney - no puede permitirse el lujo de ceder tal ventaja en las tarjetas de puntuación. Y tal vez, Lomachenko estaría mejor servido luchando en 130 libras. Pero por ahora, debe encontrar una manera de volver a su forma de crear ángulos únicos, el pan y la mantequilla de su juego.
#jorgeebro #boxeo #vasyllomachenko