En este mensaje el pastor Danilo Montero nos da un mensaje acerca del Espíritu Santo, donde se manifestó de manera poderosa en el día de Pentecostés, según relata el libro de Hechos en la Biblia. En ese día, los discípulos estaban reunidos y de repente experimentaron fenómenos extraordinarios: un sonido como de viento impetuoso llenó la casa, lenguas como de fuego se posaron sobre cada uno de ellos, y fueron llenos del Espíritu Santo, lo que les permitió hablar en otros idiomas.
Estos eventos son significativos por varias razones:
Contexto histórico: Pentecostés era una festividad judía que conmemoraba la entrega de la ley de Moisés en el monte Sinaí, pero también marcaba el inicio de un nuevo capítulo para el pueblo de Israel. En este día, judíos de diferentes partes del mundo se congregaban en Jerusalén.
Viento: El viento simboliza la presencia y el movimiento del Espíritu de Dios. En el Antiguo Testamento, el viento se asociaba con la creación, la liberación del pueblo de Israel y la vida que Dios infundió en los huesos secos. En Pentecostés, el viento llenó la casa donde estaban los discípulos, recordando la presencia divina que había llenado el tabernáculo y el templo en el pasado.
Fuego: El fuego evoca la presencia y la gloria de Dios, como se manifestó en el monte Sinaí y en el tabernáculo. En Pentecostés, las lenguas de fuego sobre los discípulos señalan que ahora ellos son el templo de Dios, donde mora su presencia.
Lenguas: Los discípulos hablaron en lenguas que no habían aprendido antes, lo que permitió que personas de diferentes culturas los entendieran. Esto cumplió profecías del Antiguo Testamento y simbolizó la reunión de personas dispersas, anunciando el inicio de una nueva comunidad en Cristo.
En resumen, el día de Pentecostés marca el derramamiento del Espíritu Santo sobre los creyentes, capacitándolos para ser testigos de Jesús y establecer la comunidad cristiana. El Espíritu Santo, representado como viento, fuego y lenguas, es una persona divina que mora en cada creyente y los capacita para vivir una vida de fe, testimonio y comunión con Dios.