La violencia económica generalmente se gesta en los hogares, o se toda acción efectuada por un individuo que afecta la supervivencia económica del otro. Esta clase de violencia se presenta a través de limitaciones orientadas a controlar el ingreso obtenido.
Consiste en abusar financieramente, en tener un control abusivo de las finanzas o castigar monetariamente a las mujeres, es decir que el hombre utiliza su poder económico para controlar las decisiones y los proyectos de vida de su pareja. Su función es generar dependencia y temor, que ayudan a reforzar la primacía del varón jefe de familia, en un esquema de desigualdad de género que se prolonga gracias a la violencia.