En las alturas de #Antabamba, donde el cielo se funde con los Andes, germina una herencia ancestral: el cultivo de las papas nativas. Este rincón de Perú, bañado por el sol y acariciado por el viento frío, es el guardián de una diversidad que asombra al mundo. Más de 3,000 variedades de papas se cultivan con sabiduría y respeto por la #Pachamama, la madre tierra que nutre y protege.
La tradición agrícola de los Laymes, tejida en el tiempo como los coloridos textiles de la región, es un testimonio vivo de la armonía entre el hombre y la naturaleza. Los #Laymes, con su sistema de rotación de cultivos y descanso de tierras, no solo preservan la fertilidad del suelo sino que también mantienen viva la llama de sus costumbres.
Cada surco en la tierra es una narrativa de esfuerzo y pasión, donde cada tubérculo es un legado de sabor y nutrición. El cultivo de la #papa en Antabamba es más que una actividad económica; es un acto cultural que celebra la identidad de un pueblo que ha sabido dialogar con las montañas y aprender de ellas.