La Selección Argentina asumió un gran desafío en su visita a Bolivia por la segunda fecha de las Eliminatorias Sudamericanas al no contar con la presencia como titular ni como suplente de Lionel Messi, motivo por el cual Lionel Scaloni debió agudizar el ingenio para poder reemplazar al mejor jugador del mundo en unos de los escenarios más complejos para jugar al fútbol dado la altura al nivel del mar donde se encuentra el estadio Hernando Siles de La Paz.
En primera instancia, desde un principio fue Ángel Di María quien tomó el rol que dejó vacante el capitán de la Albiceleste e Inter Miami pero más recostado a la banda derecha y menos soltura que con la que cuenta Messi en el combinado nacional. Otros jugadores que tomaron un nuevo approach a comparación de lo que fue su encuentro ante Ecuador en el Monumental fueron Rodrigo De Paul y Enzo Fernández, que adelantaron su posicionamiento en el terreno de juego para ayudar aun más en la creación y pisar el área mientras que Alexis Mac Allister ofició como mediocampista central más posicional como supo hacer durante gran parte de la temporada pasada en Brighton.
En especial esa diferencia se notó con el jugador de Atlético de Madrid, que fue mucho más vertical (como en sus primeros años como profesional con la camiseta de Racing) e incluso probó con remates de larga distancia que pasaron muy cerca del arco del dueño de casa. De todas formas, fue Enzo quien contó con las mejores ocasiones y no solamente quedó muy cerca de marcar con un disparo a más de 30 metros que no fue gol de milagro pocos minutos antes de convertir su segundo tanto con el combinado nacional. Una jugada colectiva que inició De Paul y que gracias al pivoteó de Julián Álvarez encontró a Di María por la banda derecha llegó el centro que el volante de Chelsea apenas logró conectar para abrir el marcador a los 31 minutos y pintar una sonrisa en la cara de Messi.
El segundo gol llegó gracias al milimétrico centro de Ángel Di María para que conecte Nicolás Tagliafico (con un remate que se dividió entre un cabezazo y un hombrazo) producto de una infracción que recibió Rodrigo De Paul, otra gran tendencia en lo que el trámite del cotejo. El dueño de casa optó por detener el juego con una enorme cantidad de faltas, a tal punto que cuando llegó el pitazo final por parte de Esteban Ostojich el número final fue de veintitrés contra solo diez por parte de la Albiceleste.
En el segundo tiempo hubo un gran cambio en el ritmo del encuentro, ya Argentina no presionaba tan intensamente como si lo hizo en la primera parte y la puntería tampoco estuvo tan fina para definir las múltiples jugadas que se generaban por las imprecisiones del elenco local, gran muestra del cansancio característico en estos duelos a más de tres mil seiscientos metros sobre el nivel del mar sumado a que ocho de los diez jugadores de campo jugaron cuatro días atrás ante Ecuador en el Monumental.
Solo seis minutos restaban cuando otra vez Di María, en el partido en el que igualó a Diego Maradona con 26 asistencias en la Albiceleste, inventó un cambio de frente que Julián Álvarez no logró dominar aunque Exequiel Palacios (que había ingresado pocos minutos atrás por De Paul) aprovechó para robarle el esférico a Fernando Saucedo y habilitar a Nicolás González, de discreta actuación hasta el momento con respecto al resto del frente de ataque, para convertir el 3-0 primero parcial y luego definitivo en la altura de La Paz.
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