¡Síguenos en nuestro roadtrip por las Islas Feroe!
A lo largo de nuestro viaje, exploramos 10 de las 18 islas Feroe, desde Viðoy, en el norte, hasta Suðuroy, en el extremo sur. En total, recorrimos más de 1.000 km durante los 16 días que duró nuestra visita. Observa cómo nos topamos con impresionantes acantilados, avistamos miles de aves marinas y disfrutamos de la calma y la tranquilidad de este archipiélago del Atlántico Norte.
Estadísticas clave:
Duración del viaje: 16 días
Distancia recorrida: 1039 km
Litros de gasóleo: aprox. 160 l
Consumo de combustible: 15,4 l
Época del año: Junio
Coste total: Aproximadamente 3250 euros (combustible 214 euros, ferry desde Dinamarca 1944 euros [50% del precio total, el otro 50% cuenta para Islandia], alojamiento 329 euros, túneles y ferries 152 euros, comida y bebida 613 euros).
Viajes en transbordador: 8
Ovejas: 367
Hablando sinceramente:
A pesar de que intentamos que nuestros documentales sean lo más auténticos posible, no deja de ser un reportaje. Al editarlos, tendemos a elegir las partes más emocionantes. Lo que no se ve son los momentos que pasamos conduciendo por paisajes menos espectaculares o algunos de los retos a los que nos enfrentamos. Tenlo en cuenta cuando veas el vídeo.
Grindadráp
Un tema muy controvertido y estrechamente ligado a las Islas Feroe es el tradicional Grindadráp. En pocas palabras, se trata de una matanza masiva de calderones, una especie de delfines. Cada año mueren unos 700 delfines en estas cacerías. Como todo ocurre al aire libre, con las aguas de la costa literalmente enrojecidas, estas matanzas reciben mucha atención internacional (mediática).
Francamente, es muy difícil distinguir lo que está bien de lo que está mal. En el pasado, esta técnica de caza de subsistencia era vital para la supervivencia de los habitantes locales, ya que la carne se distribuía equitativamente entre todos los isleños. Como tal, el Grindadráp siempre tuvo un importante aspecto social, ya que la comunidad local trabajaba conjuntamente. No cabe duda de que los siglos de penurias, viviendo en un grupo de islas remotas y azotadas por el viento, han arraigado las ventajas de esta técnica de caza en la mente colectiva de los feroeses.
Desde una perspectiva externa, matar calderones en tales cantidades parece totalmente inútil y cruel, sobre todo teniendo en cuenta que, hoy en día, existen suficientes fuentes alternativas de alimento. Al mismo tiempo, cabe preguntarse si existe alguna diferencia moral entre matar calderones, una especie de interés menor, en comparación con focas, tiburones, alces o ciervos. O en comparación con las vacas, cerdos o pollos criados en granjas industriales, que se matan por millones, lejos de la mirada pública.
Ninguna persona que coma carne habitualmente está en condiciones de juzgar moralmente las acciones de los feroeses.
Sin embargo, una cosa que personalmente nos molesta, es que estos asesinatos se defiendan llamándolos "tradición". En nuestra opinión, las tradiciones no son nada intrínsecamente positivo. La esclavitud fue una tradición. Quemar a las viudas en una pira también lo fue. Y la mutilación genital femenina sigue siendo una horrible tradición hoy en día. Por lo tanto, continuar con estos asesinatos en masa simplemente porque son una "tradición" no es una razón suficientemente buena. No merece la pena mantener algunas tradiciones.