El chef David de Jorge, visita #ElFaroEstrellas bajo el seudónimo de José Echenagusia, un pintor de su pueblo, Hondarribia, que fue "un triunfador de su época con una sensibilidad muy especial" a finales del siglo XIX y que lo inspira en su compromiso.
Robinfood, como muchos conocen al cocinero, nos ha confesado cómo de muy joven tuvo que embarcarse durante quince "durísimos días que fueron como la mili" por mal estudiante. A día de hoy intenta "cada día meter al menos una vez los pies en el mar" en una relación con el agua prácticamente purificadora.
Además nos ha hablado del papel que tuvo en su vida Mari Paz, una mujer extremeña que trabajó toda la vida en su casa, que despertó su deseo en la cocina. Con ella preparó las primeras croquetas de su vida. En sus primeros trabajos en la cocina profesional le preguntaban por qué seguía trabajando aún cuando había terminado su turno porque, reconoce, que le costaba volver a casa inmerso en la pasión de los fogones.
Para él cocinar es siempre "un acto de amor" en el que lo más difícil es todo lo que lo acompaña cuando se convierte en negocio, como las dinámicas de equipo o trabajo. Cuando está con amigos y prepara una comida o una cena le gusta mucho hacer el anfitrión, "para que la gente se sienta bien recibida y descalzarme al entrar en la casa para sentir que piso suelo y ponerme manos a la obra".
Sus "guarrindongadas" que han perseguido siempre en su carrera y que responden a esos placeres culpables de que mezclan cosas impensables de la cocina, lo han acompañado incluso el día que murió su padre, cuando un se acercó a hablarle de "chorizo de pamplona con chocolate".