En la granja del abuelo, donde las aves andaban libremente y a veces discutían sobre filosofía y el ganado con absoluta paciencia mordía la fresca yerba, vivía un loro llamado Lorenzo. Lorenzo no era un loro cualquiera; había aprendido a hablar desde pequeño por pura necesidad, pues se había dado cuenta de que hablando tendría más oportunidades de sobrevivir que las demás aves, quería pedir más galletas sin tener que esperar a que alguien las ofreciera. #cuentos #cuentosentretenidos #angelruiz #cuentoparadormir #feyesperanza #historiadeanimales