La idea de preparar papeles de refuerzo recubriéndolos con una película adhesiva y dejarlos secar con objeto de volver a humectarlos, fue experimentada por primera vez en la década de 1980 por Bob Futernick, y desarrollada por Cathy Baker en 1990. Hoy los conocemos comúnmente como “tissús rehumectables” aunque en la literatura también se refieren a ellos como papeles preencolados o refuerzos preimpregnados. La técnica original se desarrolló inicialmente como un método de refuerzo para objetos de papel sensibles a la humedad. Sin embargo, hoy día se utilizan sobre una gran variedad de objetos de papel sean o no sensibles a la humedad dadas las numerosas ventajas que ofrece.
En esta comunicación se presentarán diferentes procedimientos y aplicaciones con tissús rehumectables en la restauración de documentos. La técnica permite formular una amplia variedad de posibilidades con las que investigar en función de las características que ofrecen los diferentes adhesivos o mezclas, así como el material celulósico de refuerzo empleado. Permitiendo diseñar el sistema más adecuado para cada caso en particular.