RAQUEL MORENO. El pasado 5 de junio, y aunque había una pequeña fuga de helio, el Boeing Starliner fue lanzado al espacio en un viaje que debería haber durado ocho días.
El helio, es utilizado durante la misión para maniobrar en el espacio y reducir la velocidad a la hora de entrar en la atmósfera terrestre, pero los ingenieros consideraron que la fuga era muy pequeña.
¿El problema? Que se han desarrollado cuatro fugas más durante la misión y cinco de sus 28 propulsores de maniobra fallaron durante la aproximación a la estación espacial internacional, cuatro de los cuales fueron reiniciados.
Según la NASA, aun así, el Starliner tiene helio suficiente para 70 horas de maniobras en el espacio, y solo necesita 7 para volver a la tierra.
Ahora bien, tras retrasar su primer regreso, y declarar que volvería este mismo 26 de junio, la NASA ha revaluado la situación y ya habla del mes de julio.
Entonces, ¿por qué seguir allí? Según la NASA, los ingenieros de vuelo están estudiando los fallos a fondo del módulo de servicio, que al volver a la Tierra, se destruiría al acceder a la atmósfera haciendo imposible más investigaciones.
Según el Dr. Adam Braker, director de Rockert Engineering en declaraciones a la BBC, el último recurso si los fallos continuaran sería traer a los astronautas en la cápsula Dragon de Space X, algo muy embarazoso para Boeing. "Aunque todavía no estamos en ese territorio".
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