Escucho esta pregunta constantemente. ¿Cómo puedo pensar que soy rico cuando soy muy pobre? ¿Cómo puedo imaginar una vida rica cuando estoy atrapado en un trabajo sin futuro que odio?
¿Cómo puedo invertir mi dinero en oportunidades cuando cada centavo que tengo es necesario para mantener a mi familia?
Este tipo de pensamientos envenenan la mentalidad de los ricos. Infectan tu capacidad de creer y ver adónde debes ir y qué debes hacer.
Estas preguntas dejan claro a todos que la persona que las hace tiene un largo camino por recorrer antes de poder alcanzar su propia mentalidad de riqueza.
Están encerrados en una prisión que ellos mismos se hicieron y han tirado la llave. Se han convencido a sí mismos de que no pueden alcanzar sus propios sueños. ¿Por qué alguien se haría algo tan horrible a sí mismo?
Y, sin embargo, muchos de nosotros hacemos precisamente eso, día tras día. Esa prisión es un lugar lleno de gente. Yo la llamo la Prisión de la Percepción.
Esos muros de la prisión no son reales en absoluto, sólo parecen interponerse en el camino.
Construimos las paredes de nuestra propia celda privada con ladrillos hechos de suposiciones e ideas acumuladas a lo largo de toda la vida. Estoy seguro de que estás familiarizado con muchos de ellos:
No soy lo suficientemente inteligente
No tengo suficiente dinero
No tengo suficiente tiempo
No me gradué de la universidad
Tengo miedo de fracasar
Soy demasiado mayor
Soy demasiado joven
Estos pensamientos negativos llegan a la mente mediante la repetición hasta que su subconsciente (ese maravilloso lugar espiritual donde residen las emociones y donde todo es posible) está tan abrumado por ellos que dictan lo que realmente piensa.