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Ubicada a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, en el Páramo de Chingaza, se encuentra Refugio San Felipe.
Esta vivienda de pequeña escala busca ser un espacio de recogimiento y encuentro con la naturaleza circundante.
El proyecto se encuentra a una hora de la ciudad de Bogotá en lo alto de un cuerpo montañoso, rodeado por un ecosistema de páramo donde la diversidad de aves y plantas es singular.
Con el objetivo de brindar a sus habitantes interacciones con la naturaleza, la vivienda se compone de dos módulos conectados por un túnel en vidrio, que no sólo recoge los rayos del sol para calentar el interior del proyecto, sino también brinda una relación directa con un jardín de colibríes al oriente y la vista al embalse San Rafael al occidente, en un clima que puede rondar los cero grados en las noches.
Con la intención de producir una especialidad de reflexión y materialidad honesta, listones de pino recubren los pisos, las paredes y el cielo raso, logrando así espacios cálidos y minimalistas.
Diseño Arquitectónico: Rubén Gómez