La respiración diafragmática es una técnica de respiración profunda que se centra en el uso del diafragma, un músculo ubicado debajo de los pulmones, para mejorar la eficiencia respiratoria. Este método implica la inhalación lenta y profunda, permitiendo que el diafragma se contraiga y descienda, lo que amplía la cavidad torácica y facilita la entrada de aire a los pulmones. La exhalación también es controlada, siendo gradual y completa.
La conexión entre la respiración diafragmática y el sistema nervioso es fundamental. Este tipo de respiración está estrechamente vinculado al sistema nervioso autónomo, que se divide en dos ramas: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. La respiración diafragmática activa principalmente el sistema nervioso parasimpático, que se asocia con la respuesta de "descanso y digestión".
Cuando practicamos la respiración diafragmática de manera consciente y regular, podemos estimular la respuesta de relajación del sistema nervioso parasimpático. Esto conlleva a la reducción del estrés y la ansiedad, disminuyendo la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la liberación de hormonas del estrés. Además, se ha observado que la respiración diafragmática mejora la oxigenación del cuerpo, lo que contribuye a una sensación general de bienestar.