A un mes de la Quebrantahuesos 2019 es necesario aclimatar el cuerpo con alguna prueba ciclista similar al objetivo que hemos planteado. En este caso nos enfrentamos a la cicloturista Orbea Gran Fondo de Vitoria, una marcha de 180 kilómetros con 3.200 metros de desnivel positivo.
A pesar de que completamos el recorrido con relativa solvencia y sin sobresaltos (más allá de un problema mecánico con el cambio electrónico) el día siguiente de la prueba, David sufrió una reacción inflamatoria por el daño muscular ocasionado por el esfuerzo. Ante sacrificios físicos de este calibre el cuerpo tiene que regenerar las células musculares, lo que provocó los síntomas de gripe por una reacción inflamatoria y un gasto adicional de energía. Nuestro cuerpo está empezando a intentar recuperarse desde el mismo momento en que cruzamos la línea de meta.
Es un mecanismo de autodefensa del organismo, para que descansemos (o hagamos descanso activo) hasta que desaparezca el dolor, lo cual suele coincidir con el momento en que el músculo empieza a regenerarse.
Más allá de este percance, nos sentimos más que satisfechos con la evolución del entrenamiento ciclista y nuestra capacidad de aprendizaje. Si nos dicen hace un año que íbamos a hacer 180 kilómetros como si nada nos costaría creerlo. Pero es cierto.