La historia de Rintintín comienza el 15 de septiembre de 1918, cuando el cabo Lee Duncan insistió en que su batallón revisara unos caniles de perros de guerra bombardeados en la región francesa de Lorena. En medio de la devastación, encontraron una perra pastor alemán y su camada como los únicos sobrevivientes. Duncan decidió quedarse con dos de los cachorros, de aproximadamente cinco días de vida, mientras que el batallón se hizo cargo de la hembra y los demás cachorros. Los nombró según unos títeres que unos niños habían regalado al batallón: el cachorro macho fue llamado Rintintín y la hembra, Nanette. Estos dos cachorros eran descendientes de los perros donados por von Stephanitz al ejército alemán.
Cuando la guerra terminó, Duncan regresó a Estados Unidos con sus dos perros. Lamentablemente, Nanette enfermó durante el viaje de 15 días y murió poco después de llegar a América. De vuelta en su tierra natal y en su trabajo en una ferretería, Duncan comenzó a presentar a Rintintín en exhibiciones caninas. Durante una de estas exhibiciones, Duncan aceptó que un hombre llamado Charles Jones probara una nueva cámara filmando a Rintintín en movimiento. Jones vendió su filmación a la Novograph Picture Company, que ofreció 350 dólares a Duncan para filmar a Rintintín en acción. Fue en ese momento cuando Duncan se dio cuenta de la posibilidad de convertir a Rintintín en un perro actor.
Después de muchos rechazos por parte de los estudios de Hollywood, Duncan encontró una oportunidad para demostrar que Rintintín era un actor nato. En un estudio se estaba filmando una escena en la que debía aparecer un lobo, pero el animal no respondía como esperaban. Duncan sugirió que su perro podría hacer la escena en una sola toma. Aunque inicialmente lo ignoraron, los encargados de la filmación terminaron aceptando probar a Rintintín para esa escena. Todo salió perfecto en una sola toma, y ahí empezó la carrera artística de ese maravilloso perro pastor alemán. El estudio que a duras penas había aceptado filmar a Rintintín estaba al borde de la quiebra; sin embargo, la película fue un éxito y el perro fue toda una sensación. Ese estudio era Warner Brothers.
Dado el éxito de Rintintín y su gran potencial artístico, Warner Brothers lo contrató. Durante su vida artística, Rintintín protagonizó 26 películas y dos series de 12 capítulos cada una. El estudio no solo contaba con una estrella nueva, sino que reconocía la importancia de este pastor alemán en salvar a la compañía de la quiebra. Cuando Rintintín alcanzó el tope de su carrera, recibía alrededor de 10 mil cartas semanales de sus admiradores. No es de sorprender que estuviera considerado entre las grandes estrellas de Hollywood. Su sueldo semanal era de mil dólares, y tenía su propia unidad de producción, chófer, limusina, orquesta, chef, y un collar de diamantes. ¡Qué vida de perros!
Otros pastores alemanes siguieron el legado de Rintintín después de su muerte. Todos los Rintintines que protagonizaron películas fueron descendientes del original y fueron criados por Duncan hasta que él también falleció. Tras la muerte de Duncan, su esposa se hizo cargo de criar a los descendientes del Rintintín original y mantener sus características según los deseos de Duncan. Cuando la señora falleció en 1988, su nieta Daphne Hereford se hizo cargo de esa tarea. Aunque no han aparecido películas o series actuales de Rintintín, muchos de nosotros seguimos maravillados con las series que vimos en nuestra niñez. Aunque los protagonistas no eran el Rintintín original de las películas mudas, siempre llevaremos en nuestra imaginación al perro de origen alemán y nombre francés que triunfó en los Estados Unidos y cautivó al mundo.
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