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La próstata es un órgano del tamaño de una nuez ubicado entre la vejiga y el pene en los hombres. El canal urinario, o uretra, pasa por el centro de la próstata. Dos conductos seminales desembocan en la uretra. La función principal de la próstata es asegurar la expulsión de la orina de la vejiga y del semen del pene durante las relaciones sexuales.
En la hiperplasia prostática benigna, también conocida como HPB, las partes de la próstata, especialmente las cercanas a la vejiga, se agrandan, comprimiendo la uretra y provocando problemas para orinar.
El tratamiento más común para el agrandamiento de la próstata es una operación quirúrgica llamada RTUP. En esta operación, se inserta un endoscopio a través del pene y se desgarra y extrae la parte de la próstata que comprime la uretra. Este método, que puede eliminar los problemas urinarios en las primeras etapas, lamentablemente tiene efectos secundarios importantes.
El más común de ellos es la eyaculación retrógrada. En la eyaculación retrógrada, dado que los conductos seminales y la uretra se destruyen durante la cirugía, el semen no puede ser expulsado del pene durante el orgasmo, sino que escapa a la vejiga.
Otros efectos secundarios de la cirugía incluyen incontinencia urinaria temporal o permanente, impotencia y nuevo estrechamiento de la uretra debido a un traumatismo.
Debido a estos efectos secundarios, en caso de agrandamiento de la próstata, se han puesto de moda los métodos para reducir el tejido prostático mediante calentamiento o congelación, en lugar del corte traumático mediante cirugía. Entre estos, el método que más preferimos en nuestros centros es la congelación, es decir, el tratamiento de crioablación.
En la crioablación, se insertan agujas en ambos lados de la uretra ingresando a través de la piel bajo anestesia local, y el tejido prostático agrandado que comprime la uretra se elimina congelándolo a -140-190 grados. El cuerpo encoge el tejido congelado con el tiempo, como si estuviera curando una herida. La presión provocada por el tejido que se encoge desaparece y la persona vuelve a orinar con normalidad.
Dado que la uretra, los conductos espermáticos y los esfínteres no se dañan durante el proceso de congelación, no se producen eyaculación retrógrada ni incontinencia urinaria. Dado que los nervios que proporcionan la erección no se tocan, no se desarrolla impotencia. Dado que el traumatismo en la uretra es mínimo, no se produce una estenosis uretral posterior. Y finalmente, si hay un tejido canceroso indetectable en el área congelada, este tejido canceroso también se trata con crioablación.