El escenario es un restaurante, ese espacio mundano donde los sentidos se despiertan y el paladar anhela ser deleitado. Elige uno su comida con cuidado, pensando en los sabores que se fundirán en su boca y los aromas que invadirán su olfato. La expectativa crece, el apetito se agudiza, pero, como suele suceder, en el transcurso de los acontecimientos más triviales se filtran inesperadas sorpresas. El plato llega a la mesa, pulcramente dispuesto, una obra de arte en sí mismo. No obstante, en ese instante, el ojo avizor se topa con una intrusión incómoda: un cabello ajeno, rebelde en su presencia, se halla en él. No es de uno, eso es innegable, pero su desliz inoportuno perturba la experiencia culinaria. Entonces, un torbellino de pensamientos e interrogantes abruman la mente. ¿Cómo ha llegado ese pelo hasta aquí? ¿Fue un descuido casual o una negligencia en la cocina? ¿Cuántas veces ha ocurrido esto sin que nadie lo percibiera? El disgusto se hace palpable, pues la pulcritud en el restaurante constituye un requisito esencial para asegurar la calidad y la salubridad de los alimentos. En ese dilema, ¿qué camino tomar? En medio del descontento y la aversión, existe la opción de compartir tal experiencia con otros comensales y advertirles sobre la falta de higiene en el establecimiento. Las plataformas virtuales de reseñas, como Google Maps, TripAdvisor o Yelp, se presentan como los espacios idóneos para expresar de manera objetiva lo acontecido y permitir que cada individuo tome sus propias decisiones en base a tal testimonio. Sin embargo, antes de emprender la escritura y dejar constancia de la desilusión, es fundamental recordar que cada vivencia es subjetiva y única. Quizás haya sido un descuido puntual en la preparación de ese plato, y otros comensales hayan disfrutado de una experiencia impecable. Por tanto, evitar generalizar precipitadamente resulta imperante, presentando una visión equilibrada de lo sucedido. Así pues, reflexione sobre su experiencia en aquel restaurante, elabore sus palabras con mesura y veracidad, y comparta sus apreciaciones con la comunidad virtual. A través de su testimonio, podrá alertar a otros sobre la deficiencia en la higiene que experimentó, permitiéndoles tomar decisiones fundamentadas a la hora de elegir un lugar donde satisfacer sus apetitos. En última instancia, la responsabilidad recae en aquellos que regentan el establecimiento, quienes deben atender a la calidad y la pulcritud en todas las etapas de la preparación de los alimentos. Ojalá que su experiencia sirva como llamado de atención, no solo para ese local en particular, sino también para aquellos que aprecian la excelencia gastronómica y valoran la importancia de una experiencia culinaria libre de infortunios innecesarios.

Pensé que enseñarían a hacer la masa también, que creo que es lo mas complicado, al menos en Chile no la venden lista :c

Es más práctico y rápido.

La barba, la barba, la barbacoa! No grites tanto que ya se que tanta pachanga en agosto te pone atolondrado. Y lo pongas la ropa en agua caliente que la ropa se encoje 😅. El heavy es violencia!!